jueves, 14 de febrero de 2008

TERCER DÍA.

Óscar Domínguez.
Continunación. Los dos que se cruzan. IV.

Primer mensaje.

Descripción y uso del Kirius-kirius o tenazas para obtener el dinero de los cepillos de las iglesias.
El Kirius-kirius es una tenaza de 30 o 40 centímetros de longitud. Está hecha de acero a la vez ligero y resistente. Las dos extemidades están guarnecidas de dientecillos dirigidos hacia el interior. La posición de reposo es tal que las mandíbulas quedan separadas y no vuelven a cerrarse más que bajo una cierta presión.
Cuando se desliza el Kirius-kirius en el cepillo de una iglesia, cuya hendidura es siempre estrecha, los dos brazos se contraen, y se abren, desde que son liberados, en el interior de la caja. El aparato se encuentra entonces casi enteramente en la caja, los brazos separados.
Desde que se le retira, la estrechez de la hendidura provoca la aproximación de los brazos. Consecuentemente raspan el fondo del cepillo y atrapan entre sus dientecillos los billetes de banco depositados por los fieles. Cuanto más se sacan las tenazas del cepillo, con más firmeza agarran los billetes de 5, 10, 100, 1.000, etc... Cuando salen del todo, la cerrazón de los brazos se habrá reducido al mínimo, no hay más que coger los billetes con la mano derecha -o la izquierda- y los billetes sacados a la luz no tienen más que ser recogidos por el operador.
El Kirius-kirius no atrapa monedas de metal, pero la pérdida no es grande por los tiempos que corren.

Segundo mensaje.

Muchos riesgos para beneficio mínimo.

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