Sin duda la gran atracción de Icod de los Vinos ha sido siempre el Drago Milenario (centenario según algunos...). Este hermoso ejemplar es patrimonio no sólo de este pueblo, sino también de Tenerife y de Canarias. Antiguamente, estaba situado en un parque al cual todo el mundo podía acceder libremente. Posteriormente, (parapetándose en el argumento de que la contaminación de los coches estaba perjudicando seriamente al Drago, entre otras cosas), el ayuntamiento desvió la carrera general y construyó un muro. Un muro lo suficientemente grande como para no poder ver el Drago desde las calles circundantes. Un muro por otra parte bastante antiestético. Un muro que no permite el acceso para poder contemplar este hermoso ejemplar de Dracaena draco.
Como tantas otras cosas, la principal razón de la construcción de ese muro, fue el dinero. Si quieres ver el Drago, pagas. Y digo yo: ¿acaso pagamos por entrar en Las Cañadas? ¿Pagamos por ver el barranco de Masca? ¿Se cobra entrada para ir a la punta de Teno? ¿Abonamos algo por disfrutar de La Tejita o de Montaña Roja?
Para colmo, si antes era desagradable ver el Drago tras ese muro, ahora han puesto unas banderas (qué cosmopolitas que somos todos), con letrerito incluido y de buen rollito, para que veas menos todavía.